La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) encendió el escenario con una presentación cargada de tradición y romanticismo bajo la batuta de Inés Rodríguez, acompañada por el virtuoso arpista Baltazar Juárez.

El concierto, que tuvo lugar en el icónico Teatro Principal, llevó al público en un viaje musical con piezas como “Capricho brillante” y “Jota aragonesa” de Mikhail Glinka, donde la OSUG capturó perfectamente el espíritu danzante del compositor ruso. Las castañuelas brillaron en el escenario, añadiendo ese toque especial de color español que hizo vibrar a todos.

Inés Rodríguez, directora invitada y una talentosa música formada en la Universidad Autónoma de Tamaulipas y con estudios en Praga y Estados Unidos, guió a la orquesta en una exploración de estilos que combinaron lo romántico con lo tradicional. La audiencia no solo fue testigo de la maestría de Rodríguez, sino también del inigualable talento de Baltazar Juárez, quien con su arpa deslumbró al interpretar danzas que iban desde el son hasta el danzón caribeño.

Juárez, arpista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de México y fundador del México International Harp Competition and Festival, compartió su emoción por el concierto: “Este concierto es una obra de arte porque se mostraron ritmos mexicanos dentro de la música clásica. Es diferente, con movimientos que fueron muy bien recibidos, especialmente la pieza al estilo de son jarocho, que refleja mis raíces con el arpa”, comentó.

La OSUG, en este segundo concierto de su segunda temporada, dejó una huella profunda en el corazón de su audiencia. El talento de Inés Rodríguez, quien ha dirigido orquestas en México y Estados Unidos, junto con la impresionante ejecución de Juárez, convirtió la noche en una experiencia inolvidable. Y para cerrar con broche de oro, Juárez ofreció un encore con “Cascada”, que fue recibido con una ovación por parte del público.

Así, el Teatro Principal se llenó de música, tradición y pasión, dejando a todos los presentes con el corazón palpitante y un recuerdo imborrable de una noche mágica.