El público joven lo sabía desde que se anunció el cartel del Cervantino: la noche de Nathy Peluso sería un antes y un después. Y así fue. Los Pastitos se llenaron horas antes del show, donde miles de voces corearon, bailaron y gritaron junto a la artista argentino-española que se robó la escena con su estilo inconfundible.

Acompañada de una banda en vivo y un equipo de bailarines que desbordaban energía, Peluso hizo vibrar Guanajuato con su mezcla explosiva de trap, salsa y balada latina. Entre luces, coreografías y una presencia escénica arrolladora, repasó sus temas más recientes y algunos clásicos que ya son himnos, como Sana sana y Buenos Aires.

El momento más inesperado llegó cuando interpretó un fragmento de La grasa de las capitales, de Serú Girán, y cerró con un cover intenso de Vivir así es morir de amor, de Camilo Sesto. El público explotó.

“Estoy emocionada, fue una gran decisión traerla”, dijo Alejandra, de Michoacán. “Nathy tiene una personalidad fuerte, sabe que brilla y no se disculpa por eso. Verla te da ganas de ser tú sin miedo”.

Para Lucía, de Guadalajara, la experiencia fue liberadora: “Escucharla decir ‘levántate, perra; si te duele, curita’ me curó el alma. Fue un recordatorio de que también se vale ser poderosa”.

La noche cerró con una frase que resonó como mantra: “¡Siempre, siempre, mueran de amor!”. Una declaración que resume el espíritu del Cervantino 53: arte, libertad y juventud latiendo al mismo ritmo.

Nota: Información y fotos cortesía FIC.